martes, 15 de diciembre de 2020

Hay algo en el desván

 


 

Adoro la oscuridad. Y bajar las escaleras y percibir la inquietud de los vecinos. Y el olor de los sueños ajenos. El aroma del miedo: dulzón e irresistible.

Los niños me sonríen. Aún son capaces de percibir lo extraño y sus padres les preguntan que si tienen un amigo invisible.

Esta noche voy a entrar en el quinto. Esa casa fue la mía. Son nuevos y nada saben. Tienen gemelas. Indistinguibles. Y duermen en mi habitación, donde todo sucedió, donde queda el recuerdo. Presiento en ellas ese fondo inquietante que tanto me gusta. Creo que nos vamos a divertir.

 

 

Microrrelato finalista (reciclado) para el concurso del Ayuntamiento de Godella.


(Imagen tomada de internet)

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