sábado, 27 de mayo de 2017

PARA EL BIC NARANJA: VIERNES CREATIVOS



“Solo piensas en ti, Felipe”
Esta es la frase que recuerdo haber oído con más asiduidad en casa. Madre secándose las manos en el delantal mirando a padre. Él, cabizbajo, moviendo la cabeza en señal de afirmación. Madre no lo veía, yo sí. Veía a padre sonreír. Una ligera curva de su labio superior, tapado por el bigote. En el fondo, satisfecho de haber logrado uno de sus muchos caprichos.
Esta vez ella le dijo que no quería ir, que marchara él solo, que prefería quedarse con nosotros, donde hacía más falta. Padre, como siempre, la miró a los ojos, le dijo que habían sido unidos para siempre y que había llegado el momento, que estaba todo arreglado, que un amigo les ayudaría a llegar al otro lado.

Madre se quitó el delantal y le siguió. Padre la tomó de la mano y salieron de casa hacia el lago. Subieron a las barcas. Él, desconfiado, la agarró fuerte para que no se soltara. Las barcas fueron arrastradas hasta que se perdieron entre la niebla que olía a tristeza y resignación.